martes, 15 de marzo de 2011

cuidarse fuera de casa...¿misión imposible?

   La falta de tiempo para desplazarnos a casa a comer, el exceso de trabajo,... nuestro ritmo de vida hace que muchas veces nos veamos obligados a comer fuera de casa.
  
   Frecuentar diariamente restaurantes puede salir un poco caro a nuestro bolsillo, y convertir los bocadillos y la comida rápida en la base de nuestra dieta, generará un descontrol en nuestro organismo.

   Conscientes de estos problemas, cada vez son más las empresas que habilitan espacios para que los trabajadores puedan comer allí sus propios alimentos, creando así la ya llamada "Generación Tupper".

   Comer en fiambrera no tiene por qué ser insano; este utensilio de plástico admitirá menús variados y nutritivos siempre que planifiquemos bien nuestra dieta semanal.

   Las ensaladas son platos muy recurrentes a la hora de comer en tupper; no requieren calentarlas en microondas y combinan a la perfección con todo tipo de ingredientes (fruta, verdura, pasta, arroz e incluso garbanzos). Si en la oficina tenemos la opción de calentar nuestros platos, siempre podemos optar por un plato más elaborado; el arroz y la pasta casan con todo, y al igual que una ensalada, se pueden utilizar como acompañamiento de un buen pescado a la plancha o unos filetes rusos.

   Un postre fresco y saludable aportará la guinda a nuestro "menú de oficina". Lo ideal es ir alternando, según los días, una pieza de fruta, un yogur natural o un poco de queso fresco.

   Tenemos que tener en cuenta también, que la comida que tomemos en el trabajo no tiene por qué ser distinta a la que tomamos en nuestra casa, pero si queremos que esté igual de sabrosa, debemos incluir colores y sabores variados; hacer uso de nuestra imaginación hará que comer en la oficina no se convierta en algo monótono y aburrido.

   El caso es que, comer en la oficina también presenta una serie de inconvenientes. De nada sirve planificar un menú saludable para nuestra semana de trabajo si a media mañana caemos rendidos ante las galletas de nuestro compañero o ante ese pastelito de chocolate que nos está llamando a gritos desde la máquina de vending. Si queremos picar entre horas, la mejor solución nos la ofrece (además de nuestra fuerza de voluntad) una pieza de fruta o un yogur para beber.

   ¡Ah!, que...¿queréis un último consejo? Vuestro estómago os agradecerá que sustituyáis el café de las 11 por una infusión.


   Aprovecho además para deciros que en el blog de Margot, hay una sección dedicada a las recetas de tupper, que os puede ser muy útil si queréis sorprender en la oficina con vuestros menús.



  
                                Fotografía: http://www.premiosaspid.net

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho tu post, gracias por tu enlace.
    Va bien para las personas que tienen que comer en el trabajo, y aveces se les terminan las ideas.
    Tu consejo es ideal, mis amigas y yo, cada día tomamos mas infusiones menos café, ellas son mas valientes que yo, se lo toman sin azúcar cosa que yo no he conseguido aún y que deberíamos hacer todos.
    Besos

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  2. Muchas gracias Margot!!La verdad es que no hay como la comida casera, aunque la tengamos que comer en tupper; siempre será mucho más sana que la que tomemos fuera.
    Yo también soy fan de las infusiones, pero al igual que tú..si no hay azúcar de por medio me cuesta mucho tomarlas..pero bueno, ya sabes lo que dicen..poquito a poco, que lo conseguiremos :)
    Un abrazo!

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